Amazings.es es el proyecto de tres amigos para dominar el mundo. Después de años en solitario, Miguel Artime (Maikelnai’s), Antonio Martínez (Fogonazos) y Javier Peláez (La Aldea Irreductible) han unido sus fuerzas para realizar una web que pretende aglutinar los mejores contenidos científicos y las perlas más selectas de la red.
A los mandos, contamos con el saber hacer de José Cuesta (Inercia Creativa), que se encarga de mantener a punto la parte técnica. También contamos con la ayuda de los señores de CDmon, que esponsorizan esta web a cambio de alojamiento, y un acuerdo de colaboración con la revista QUO, para quienes escribiremos un artículo cada mes.
Como las cosas siempre funcionan mejor con amigos, también hemos convencido a algunos de los mejores blogueros científicos de este país para que nos echen una mano. Más de 50 científicos y divulgadores de las más diversas áreas ayudarán a construir este sitio y pondrán su granito de arena para hablar de Ciencia.
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Ésta es la carta de presentación de Amazings: un nuevo e interesante blog que gira entorno a la temática científica, entre otras cosas. Sus tres principales actores son justamente los cabecillas de tres blogs muy populares que ya seguía. Así que también esta nueva aventura es digna de hacerle un buen seguimiento.
Hablando unos días atrás de la película K-Pax, intrepretado por Kevin Spacey y la última que he visto, me acordé de esta otra protagonizada por Johnny Depp y bién secundada por el gran Marlon Brando que había visto en un par de ocasiones ya hace algún tiempo.Ahora conozcámonos mejor. Yo soy maestro… No, no…; yo soy alumno de Samad Behrangui, aquel que escribió Olduz y los cuervos, y El Pececito Negro, para que todos aprendiéramos a caminar. ¿Le conoces? Ya sé que no le conoces. También soy alumno de Khanali, aquel que nos enseñó a dibujar un sol en la pizarra para que sus rayos espantaran a los murciélagos. ¿Sabes quién era? Y soy compañero de Bahman Azizi, aquel hombre que siempre olía a lluvia, aquel hombre que la gente de Kermanshah y sus alrededores sigue recordando cuando comienza a llover en otoño. ¿Tienes alguna idea de quién era? Ya me imagino que no lo sabes.
Sí, soy maestro y he heredado de mis alumnos la sonrisa y la curiosidad por preguntar.
Ahora que ya me has conocido, háblame de ti, de quiénes eran tus compañeros, de quién has heredado la ira y el odio que llevas dentro. ¿Quién te ha dado las esposas y las cadenas? ¿Son de los calabozos de Zohak? Háblame de ti. ¿Quién eres? No sólo no me asustas con tus esposas, cadenas y latigazos, sino que las gruesas paredes de la celda 209, los ojos electrónicos que me vigilan, las férreas puertas… ya no me dan miedo. No te enfades, no grites, no me golpees con el puño en el corazón, porque mantengo la cabeza alta.
No me pegues porque canto; soy kurdo y mis antepasados me han dejado en los cantos e himnos el recuerdo de su amor, su sufrimiento, su lucha, su existencia… Tengo que cantar y tú tienes que escuchar mi canto, aunque sé que te molesta. No me pegues porque al andar se escuchan mis pasos; mi madre me ha enseñado a que los pasos hablen con la tierra; entre la tierra y yo hay un trato, una conexión que lleno de belleza y sonrisas. Déjame, pues, que pasee, déjame que oiga mis pasos, déjame que la tierra sepa que todavía estoy vivo y tengo esperanza.
No me prives de papel y pluma; quiero escribir nanas a los niños de mi tierra, repleto de esperanza, de los cuentos de Samad y su vida, de Khanali y sus deseos, de Ezati y sus alumnos… Quiero escribir, quiero hablar con mi gente desde mi celda, desde aquí mismo. ¿Entiendes lo que digo? Sé que te han enseñado a odiar la luz, la belleza y el pensamiento. Pero no tengas miedo; entra en mi celda, estás invitado a mi gastado y pequeño mantel. Mira cómo yo invito a mis alumnos, todas las noches, cómo les cuento cuentos…, pero a ti no te permiten ver, no te permiten escuchar. Tienes que enamorarte, tienes que convertirte en un ser humano, tienes que estar a este lado de la pared para entender lo que yo digo.
Mírame y entenderás la diferencia que hay entre los dos. Yo todos los días dibujo las manos de mi amada sobre la pared de la celda. Cojo sus manos y siento el calor de la vida, y leo en sus ojos el entusiasmo, la espera; pero tú, todos los días, con tu porra, rompes esos dedos dibujados en la pared, sacas esos ojos que esperan y emborronas la pared de negro. Tu mundo y tu cárcel siempre estarán oscuros, siempre te molestará el don de la luz. Hace meses que espero ver un cielo estrellado, un jardín de estrellas que rompa la oscuridad con senderos que van de un lado al otro del cielo. Pero tú llevas años viviendo en la oscuridad, tu noche no tiene estrellas. ¿Sabes qué significa un cielo sin estrellas? ¿Qué significa un cielo siempre en la oscuridad?
Esta vez, cuando haya vuelto a la 209, entra en mi celda, tengo algunos deseos para ti, no del mismo color de tus oraciones que siempre están llenas de fuego y miedo al infierno. Mis deseos están repletos de esperanza, sonrisas y amor. Entra en mi celda para que te hable del orgullo de mi última sonrisa al pie de la horca. Sé que de nuevo seré el preso de la 209, mientras tú, con tu alma llena de odio, me seguirás gritando. Y yo volveré a sentir lástima por ti y por el pobre mundo que han creado a tu alrededor; seguiré siendo un maestro con la sonrisa de mis niños en los labios.
Farzad Kamangar, maestro condenado a pena de muerte. Sección de Presos Infecciosos de la cárcel de Rajaai Shahr de Karach”.
Artículo completo en Cuarto Poder
En pocas palabras y, siendo poco original, tomándolas de su propia página: "abre tus oídos. Los artistas de Jamendo te permiten escuchar, descargar y compartir su música. Es libre, legal e ilimitado"
... 11:00 h. 10 Kms en la piernas. Orgullo, satisfacción, plenitud. Nueva azaña. Nueva demostración de superación.En ese momento, los experimentadores extrajeron uno de los cinco monos iniciales e introdujeron uno nuevo en la habitación.
El mono nuevo, naturalmente, trepó por la escalera en busca de los plátanos. En cuanto los demás observaron sus intenciones, se abalanzaron sobre él y lo bajaron a golpes antes de que el chorro de agua fría hiciera su aparición. Después de repetirse la experiencia varias veces, al final el nuevo mono comprendió que era mejor para su integridad renunciar a ascender por la escalera.
Los experimentadores sustituyeron otra vez a uno de los monos del grupo inicial. El primer mono sustituido participó con especial interés en las palizas al nuevo mono trepador.
Posteriormente se repitió el proceso con el tercer, cuarto y quinto mono, hasta que llegó un momento en que todos los monos del experimento inicial habían sido sustituidos.
En ese momento, los experimentadores se encontraron con algo sorprendente. Ninguno de los monos que había en la habitación había recibido nunca el chorro de agua fría. Sin embargo, ninguno se atrevía a trepar para hacerse con los plátanos. Si hubieran podido preguntar a los primates por qué no subían para alcanzar el alimento, probablemente la respuesta hubiera sido esta “No lo sé. Esto siempre ha sido así”.
Antes de que acabara la presente temporada regular de la NBA, de la que sólo quedan unos días, quería hacer una especial mención a un gran jugador. Podía haber obtado por lo fácil, por un LeBron James o un Kobe Bryant. Pero de ellos habla todo el mundo. Yo me quería referir y dedicar estas líneas, a modo de homenaje, a Zach Randoph, actual jugador de los Memphis Grizzlies.
Otra afición que recientemente he recuperado es la de la lectura. Hacía algunos meses que había desaparecido su continuidad, incluso durante bastantes semanas no leía. Me costaba horrores, me daba mucha pereza.
Nada más finalizarlo me quedé con unas ganas muy grandes de seguir leyendo. Había surgido esa necesidad que te hace buscar un nuevo libro.
El libro en cuestión era Alto Riesgo. Y, casualidad, también iba de nazis. En esta ocasión nos remontaba a los últimos días de la segunda guerra mundial, cuando Francia estaba tomada por las fuerzas nazis y se esperaba una invasión de los aliados. Pero que saliera bién dependía de la buena finalización de una misión llevada a cabo por un grupo de mujeres infiltradas en pleno corazón enemigo.
Hará algo así como un año, tal vez más, que hacía una pequeña mención a Last.fm, la popular página para socializar la música, con motivo de la llegada a las 10.000 escuchas en mi ordenador.