Let's Jazz Tonight

Siguiendo con el tema musical, otro tema pendiente era hablar de Jazz. La intención era hacerlo sobre un concierto al que asistí hace ya unas semanas; hacer un poco de crónica y bañarlo con los tintes personales que suelo añadir en este tipo de experiencias, cuando disfruto y vivo intensamente de la mejor manera posible, el directo, de una de mis pasiones, que como ya sabéis es la música.

Pero aprovecharé esta excusa para hablar no sólo de manera puntual de un evento sino de manera más genérica de mi relación con el Jazz; de recórrer de nuevo el camino que me ha llevado a donde hoy estoy, de observar la evolución que ha habido y de hacer, de algún modo, un modesto homenaje a este estilo musical.

Desde siempre me ha gustado el Jazz, tal vez no de manera muy consciente, desde la distancia, pero su sonido siempre me ha resultado agradable de escuchar. A pesar de ello, si tengo que escoger el inicio verdadero de este camino me tengo que remontar unos tres años atrás, cuando mantenía habitualmente charlas con un amigo sobre música, de todo lo que me gusta, de la variedad de géneros y estilos que puedo llegar a tocar y de mi gran apertura a nuevas historias, a probar y no tener prejucios ni reparos en escuchar nada nuevo para mi. Pero a pesar de mi gran capacidad de escuchar música variada, todas las conversaciones giraban alrededor del Rock y el Heavy. Me podían gustar otros estilos, pero no les hacía mucho caso o no insitía en ellos.

Al concocerme un poco en este sentido, mi amigo, con el que compartía gustos y me entendía muy bién, un buen día me dijo que tarde o temprano caería en las redes del Jazz; por mi gusto por la música y mi eclecticismo, era inevitable. Lo que pensé entonces es que eso era algo que vendría con la edad, cuando uno pierde cierto interés en la fuerza o potencialdel Rock y el Heavy y busca un lugar de mayor recogimiento y tranquilidad. Como ya decía antes, podía escuchar Jazz, pero no tenía ningún interés, no sentía ninguna necesidad. También era para mi un mundo oscuro, desconocido totalmente, no me llegaba ningún tipo de información de manera natural como otros estilos en diferentes medios, era algo que estaba fuera de mi alcance. No sabía absolutamente nada y, seguramente, esto también me condicionaba o me echaba para atrás, me hacía tener respeto a la hora de adentrarme.

Por esa época hice mi primer viaje con la excusa de un concierto. Y como me gustó la experiencia, unos meses después decidí programar una semana de vacaciones en San Sebastián, porque era una ciudad que me atraía muchísimo y porque coincidía con su festival de Jazz, Jazzaldia. Me apetecía probar.

Ni que decir tiene, no lo voy a descubrir yo ahora, que San Sebastián es una ciudad fascinante. Pero esto ya sería un tema que ocuparía una o varias entradas en exclusiva.

Estamos, entonces, en San Sebastián, en su festival. Aprovechando para asistir a algunos conciertos gratuítos que realizaban. Y me gustó. Además todo ligaba: el anocher de los días de verano, la cervecita fresca, sentados al aire libre, el mar de fondo como espectador invitado de excepción y la buena música. Esa música que siempre me había resultado agradable pero que no me atrevía a escuchar de verdad. Ahora esa música estaba ahí, cara a cara. Y yo, disfrutándola. Fue como una especie de revelación a la vez que iniciación. San Sebastián me abrió las puertas a lo que creía un nuevo mundo y que pronto descubrí que en realidad era un inmenso universo.

Y curioso también fue el despegue. Ya que, dentro de mi ignorancia más absoluta de este mundillo, desconocía cualquier nombre por el que empezar. Y justo en el festival hubo un momento diferente color: cuando una de las bandas invitó al escenario a dos raperos de su misma localidad para improvisar algo. En esto que una de las rimas citaban a Miles Davis y Duke Ellington. Por ahí empecé, asegurándome personajes importantes, ilustres y populares. Aunque si bién Miles Davis es de sobra conocido por todos, encontrar información de Duke Ellington me costó lo suyo, porque ya me sonaba su nombre anterirormente pero no sabía exactamente como se pronunciaba ni escribía. Al final también di con él.

Ese fue el punto de partida, dos de los grandes. De ahí fuí llamando y abriendo nuevas puertas, probar diferentes caminos, ir descubriendo estilos y músicos.

Así que desde la trompeta de Davis y el piano de Ellington, pasé por el saxo de Charlie Parker y de John Coltrane, el piano de Thelonious Monk y Herbie Hancock, el contrabajo de Charles Mingus y Charlie Haden y otros clásicos y referentes del género y que hace unos días me descubrieron la etiqueta de Bebop. Pasé por otros estilos como la fusión de Weather Report, Return to Forever o la Mahavishnu Orchestra, una de mis debilidades. Pasando también por las manos de grandes guitarristas como Pat Metheny, John Scolfield o Al Di Meola. Grandes bajistas como Marcus Miller, Jaco Pastorius o Victor Wooten. Incluso algún violinista como Jean-Luc Ponty o algún batería como Ginger Baker. También tocando un poco el Jazz latino de la mano de Chucho Valdés, Gonzalo Rubalcaba o Joao Gilberto. I el Jazz vocal femenino de Diana Krall, Norah Jones o Madeleine Peyroux...

De ser un total ignorante he ido descubriendo este lugar, poniendo nombre a los sonidos y los personajes que los hacen llegar a mi. Incluso después de un par de años de esa primera experiencia en tierras vascas he empezado a asistir a algún concierto, algo inimaginable anteriormente. Lo que me ha permitido disfrutar del extraordinario virtuoso del piano Keith Jarrett en el auditorio de San Sebastián o, al que me refería y era la excusa de esta entrada, de la unión de dos monstruos del Jazz fusión como el pianista Chick Corea y el guitarrista John McLaughlin en el Palau de la Música Catalana. Sin olvidarme de las dos ediciones del Vijazz, de un pequeño local en San Sebastián y otro en Londres. Para acabar con el club de Jazz en Barcelona donde pasé una fantástica velada hace unos días.

Ya no soy aquel ignorante de hace un tiempo, pero creo que sólo conozco una muy pequeñísima porción de este universo. Queda mucho que explorar y descubrir: estilos, músicos y locales donde perderse en la noche. Y tengo muchas ganas de hacerlo.

Una extraordinaria música, con infinidad de posibilidades, plagada de los mejores músicos. Capaz de ser íntima, suave y sensual a la vez que transmitir fuerza, pasión y energía. Una música que te abraza, te envuelve, te mima...

¡Qué a gusto me siento atrapado y dejándome llevar en las redes del Jazz!

Just Do It


Encontrado vía Mangas Verdes.

Blackmore's Night - Diamonds & Rust

Hace un tiempo, buscando vídeos de Blackmore's Night para recomendar su música a una amiga, me encontré con éste. Una versión del Diamonds & Rust. Me pareció muy curioso que el mismísimo Ritchie Blackmore, antaño fundador de la mítica banda Deep Purple, hiciera una versión de otro legendario grupo como los Judas Priest.

Pero escuchando ayer esta versión, me dió por buscar información del disco al que pertenece, Ghost of a Rose. Y me quedé muy sorprendido al ver en los créditos que la canción la firmaba una tal Joan Baez, que nunca ha sido miembro de Judas Priest... ¡Maldita ignorancia! Resulta que es una cantautora y compositora americana. Y que fueron los JP los que habían versionado este tema. ¡Y yo media vida pensado que era de ellos!

En todo caso, un temazo, de aquellos que te hacen sentir escalofríos de la emoción al escucharlo. Ya sea en la versión eléctrica a la vez que íntima de JP, como la versión que ellos mismos hacen en acústico, como esta de Blackmore's Night que os dejo para que la disfrutéis:

Top Musical 2007

No. No está equivocado el año del título. Estoy hablando del 2007. Ya sé que por estas fechas lo que debería tocar es repasar el presente año. Pero esto era algo que tenía pendiente por hacer desde hace mucho tiempo, más o menos un año...

La idea surgió en un foro musical en el que participaba. Y al cierre del año se hacían la siguiente sencilla cuestión: ¿Cuál ha sido el mejor disco del 2007? Yo, que no me sé estar y que por la cantidad de música que escucho soy incapaz, no me pude quedar sólo con uno. Por lo que me salieron varios discos, aquellos que más me habían gustado y, por lo tanto, más había sobado durante dicho periodo.

Tal como lo puse en aquel foro me apunté la lista en un papel, con la buena idea e intención de plasmarlo aquí también. Pero eso que lo vas dejando, no encuentras el momento... y al final el papelito quedó enterrado y olvidado entre otros tantos (entiéndase desorden o caos en mi mesa).

Así que ahora, dispuesto a recuperar la memoria histórica, hago por fin dicho repaso musical, aunque diferido, de los mejores discos del 2007. Sin ningún orden de importancia y reconociendo de antemano que seguro que me dejo en el olvido algunos otros que me marcaron igual o más. Pero hay poca memoría y después de un año todavía menos.

Dejo ya a un lado tanta palabrería y empiezo ya a hablar de música, que es de lo que se trata aquí. Intentaré ser breve.. Los mejores discos del 2007:

Saxon - The Inner Sanctum
Leyendas del Heavy, abanderados de la NWOBHM, tras una carrera de casi unos treinta años y todo el crédito del mundo no quieren vivir de las rentas. Van y se secan de la manga este discazo. Heavy Metal sin ningún tipo de concesión. Parece que los años no pasan para ellos, mantienen su fuerza y carisma y con este disco volvían a patear traseros (por refinar la expresión típica inglesa). Un gran mazazo del que todavía no me he hartado de escuchar infinidad de veces.

Norah Jones - Not Too Late
Primera nota íntima de la lista. Disco con la que la conocí y ya me encandiló. Dulzura al piano, con base de jazz y voz angelical. Una preciosidad, de disco.

Astral Doors - New Revelation
Los descubrí con su anterior disco, Astralism. Una banda que muchos comparan con Rainbow y un pedazo de cantante, Nils Patrik Johansson, al que comparan con el mismísimo Dio. Las comparaciones son odiosas, pero estos se lo están ganando a pulso. Un joven grupo de Heavy Metal tradicional con tintes épicos y una voz que de las actuales estaría entre mis favoritas. Este disco está por debajado del anterior, pero es que el nivel era muy alto. Un gran trallazo musical.

Sebastian Bach - Angel Down
Se acercaba el fin de año. Realmente no tenía demasiado interés en este disco, no había escuchado nada de él fuera de Skid Row. Y no sé si fue que no esperaba nada, pero el disco me sorprendió gratamente. No es ninguna maravilla pero tiene un poquito de todo, incluso la intervención del mismo Axl Rose. Además, escuchar la voz de Sebastian Bach, a pesar de los años y excesos, es un total goce para el mundo del Rock.

Pain of Salvation - Scarsick
El año que di con ellos. Uno de los máximos representantes del panorama progresivo actual. Con ellos cojí el impulso definitivo para adentrarme en este estilo.

Rush - Snakes & Arrows
Hablando de rock progresivo. Uno de los más clásicos. Power trío con discazos increíbles desde los setenta. Tenía mucha curiosidad, llevaban varios años sin sacar nada nuevo desde el estudio. La primera escucha se me hizo increíblemente rara, y no me refiero a rareza entendiéndola como algo diferente, sino rareza porque no lo comprendía. En cierto modo esta sensación hizo que me decepcionara el disco. Pera a base de más escuchas el disco fue cojiendo forma y fuerza. Cada vez me iba apasionando y gustando más... hasta llegar a colocarlo en esta lista.

Serenity - Words Untold & Dreams Unlived
Y seguimos con el progresivo. Ahora metal. Disco debut de estos austríacos. Es de los que me enganchó y me sorprendió desde la primera escucha. Muy fresco y de gran calidad.

Velvet Revolver - Libertad
No es el mejor disco de la historia del Rock. Pero estando Slash y Duff comandando el proyecto hay que escucharlo por obligación. Disco sin muchos alardes pero que entra fácilmente y se deja escuchar con asiduidad. En mi opinión el cantante, a pesar de su tremenda personalidad, limitaba bastante la expresividad o el estilo de la banda. La misma formación con Sebastian Bach, como se rumoreó mucho antes de crear el grupo, hubiera sido un auténtico bombazo. Siempre es agradable escuchar a Slash, pero me sigo quedando con Slash's Snakepit como los verdaderos herederos del sonido GN'R.

Porcupine Tree - Fear of a Blank Planet
Y en una año, que como ya he comentado, pintaba mucho de progresivo no podían faltar otros de los genuínos representantes del género. Un grupo capaz de crear atmósferas y envolverte con su sonido, llegando a veces a cuotas bastante oscuras. Seis temazos.

Marlango - The Electrical Morning
Y acabo con una de mis debilidades, como ya sabrán los que me conocen un poco o los que hayan dado alguna vuelta por este blog. Disco que sigue la línea de sus dos anteriores lanzamientos. Una Leonor expléndida a la voz, en plan Tom Waits, y un Alejandro que después de verlo en directo me acabó de convencer como gran talento compositor. Dulce, dulce.

Y esta es mi aportación al repaso del 2007. Son mis gustos en una determinada etapa y no van más allá.

Y ya que estamos, recuerdo también que en aquel foro se hacían otras preguntas en relación a lo mejor del año. Una de ellas era hacer mención al mejor concierto al que se había asistido. Lógicamente, no me puedo quedar con uno entre tantos. Estos son mis mejores experiencias en directo a lo largo del 2007:

Saxon
Como el disco, Heavy en estado puro, dos horas sin bajar el pistón. Ya los había visto anteriormente, pero en un festival al aire libre. Esto era diferente, en un local cerrado, el Razzmatazz, y el público entregado a la causa. Demostraron porque son tan grandes: porque se entragan totalmente en cada show, nunca defraudan allá donde van, son una garantía. Y tienen unos clasicazos que ya quisieran otros.

Roger Waters
Concierto muy especial y emotivo, incluso a nivel muy personal. Un auténtico espectáculo audio-visual, tal vez lo mejor que haya visto nunca. El Sant Jordi se convirtió en un haz de luces, de pases de película, de altavoz para reivindicaciones... Y a nivel musical, poco hay que decir. Uno de los fundadores de Pink Floyd, con una mochila repleta de temas que son referencia del rock y bién arropado en el directo por músicos de altísimo nivel. Además, una oportunidad única de ver tocar integramente en vivo el Dark Side of the Moon, uno de los discos más grandes de la historia.

The Who
Siempre digo que un concierto puede ganar en atractivo cuando no es en tu ciudad, cuando te desplazas a un lugar distinto con la excusa de disfrutar de la música. Y este era uno de esos casos. Me moví hasta Bilbao con la sana intención de ver a otra banda mítica del Rock en directo. Y tampoco defraudaron, todo lo contrario. Clásico tras clásico, se convirtió en una noche memorable.

Pues, ya está, He hablado un buen rato de música, como a mi me gusta y a la vez saldo una de mis cuentas pendientes. Aunque si miro un poco más y me sumerjo entre tanto papelito en la mesa todavía quedan varios temas pendientes por cerrar. Todo se andará... Lo bueno de hacer un repaso del 2007 a estas alturas es que no habrá que esperar mucho para le nuevo resumen, el del 2008. O al menos eso espero, no demorarme esta vez todo un año y en unos días presentar aquí la nueva lista, que ya está casi elaborada.

La Sombra del Viento

Hace unos pocos días decía aquí mismo que no sabía hablar de libros. Sólo cuando aparece en el camino algo muy destacable es cuando considero que merece la pena que, aunque no sea muy capaz ni sea muy ducho en hablar de libros, me atreva a hacer alguna nota o remarca. Ya que si algo consigue llegar muy fondo de ti necesitas y lo quieres compartir, y no importa como lo hagas.

Y por eso estoy aquí de nuevo. Será casualidad o estoy en racha, pero ayer finalicé otro libro que tambié me ha gustado. Me ha gustado mucho. En esta ocasión ha conseguido llegar más allá. Es uno de esos libros que tras leer la última página y cerrar sus tapas te roba un profundo suspiro de satisfacción.

Estoy hablando de La Sombra del Viento de Carlos Ruiz Zafón.

Evidentemente, tampoco voy a desgranar y desmenuzar el libro, para quien no lo haya leído y pueda tener algún atisbo de interés de hacerlo. Pero sí que puedo decir que ante este tipo de obras tan aclamadas y exitosas entre el gran público y la crítica uno tiene ciertos reparos, algunas dudas de su veraz calidad. O si, por cuestión de gustos, puede encajar en ti al igual que en los demás.

Pero dejando atrás cualquier prejuicio, lo ha conseguido. Lo que todo escritor anhela: sólo bastaron unas páginas para comprender y reconocer que me estaba sumergiendo de pleno en ese fantástico mundo salido de la cabeza de su autor.

Y lo ha logrado por su capacidad narrativa, por la historia, por los seductores personajes... Una cantidad de recursos literarios que me han sorprendido gratamente. Ha sido un gusto poder adentrarme en la Barcelona de la primera mitad del Siglo XX, conocer su historia, sus secretos y misterios, perderme en sus calles, observar su edificios, sus gentes...

Consigue transmitir tanta realidad que te acabas creyendo la historia que cuenta. Te llegas a implicar en ella, la vives, sufres y te alegras junto a sus personajes.

Una gran obra.

El siguiente comentario no tiene que ver demasiado con lo dicho en esta entrada. Pero, aprovecho lo comentado aquí ya que me da pie para expresarlo: gràcies, por mostrarme y compartir tus rincones de Barcelona, por dejar que sean también un poco míos.

Los viejos rockeros nunca mueren

Como el movimiento se demuestra andando, ahí están los ejemplos de Metallica y AC/DC, con sus nuevos discos reclamando sendos tronos. Dos leyendas del rock y del heavy que, por diferentes circunstancias, tenían que hacer una nueva exhibición de su potencial.

Metallica, tras un disco, a mi entender, fuera de lugar como el St. Anger, tenía que reinvindicarse. Con el nuevo disco, Death Magnetic, lo han conseguido. No será recordado como el mejor de su discografía, pero se puede decir que vuelven por su fueros, a sus orígenes: contundencia, rabia, fuerza, energía... Nada exento de calidad técnica e instrumental.

Hetfield ha dado un buen puñetazo en la mesa para silenciar voces, para acallar críticas.

Lanzamiento que sin duda tiene consecuencias inmediatas en su próxima gira. Como si necesitaran de más publicidad de la que ya atesoran para atraer gente a sus directos, con este disco el reclamo es mayor, se les espera con más ganas. Con deseos de ver a una de las mayores bestias del escenario.

Un buen disco que recupera la esencia de Metallica y se reconcilia con la gran mayoría de sus seguidores.

Ocho largos años de espera. Los dos últimos de los cuales empezaron a girar entorno a un posible disco. La expectación ha sido máxima. Había muchas sed de rock con tintes bluseros de la vieja escuela. Estamos hablando de AC/DC y de su recién estrenado disco Black Ice.

Los hermanos Young y compañía han satisfecho a sus legiones de seguidores con un gran disco. Al igual que el de Metallica no será considerado como el mejor de su carrera. Pero el sello, el estilo AC/DC baña todo el disco. Sin demasiados alardes, sin la espectacularidad sonora de otras bandas. No les hace falta. Lo suyo es rock, sencillo y puro rock. El rock que sale directo desde el infierno para sonar a través de los acordes de ese escolar llamado Angus.

Y si grande ha sido la expectación por el nuevo disco, tremendo lo de la gira. Lleno en todos los conciertos anunciados varios meses antes de iniciar la gira. Ya han anunciado nuevas fechas en grandes estadios para poder saciar a las masas.

Vuelven tras un largo periodo de silencio, pero ha merecido la pena la espera.

Dos bandas, dos nuevos discos. A estas alturas y con una buena mochila de historia a las espaldas no tienen que demostrar nada. Pero con estos discos pueden volver a gritar desde sus tronos que ellos son los reyes.

Adicto a los parques

Hace uno días tuve la oportunidad de hacer otra escapadita. Esta vez algo más cercana y más corta. Fue a Madrid. Y del escaso tiempo del que disponíamos, al igual que en Londres, unas horas fueron destinadas a un parque: El Retiro.

Llegados a estas alturas de la película, he de reconocer que me estoy aficionando a pasear por los parques de manera desmesurada. Me gusta perderme en ellos, andando entre árboles, entre su follaje, sus colores... su vida. Da igual si hace sol o si llueve, si hace un calor estival o un frío invernal. Lo disfruto.

Hasta la fecha, cuando tenía que viajar miraba que evento musical me podía encontrar para tenerlo como curiosa excusa. Ahora empiezo a mirar si la ciudad en cuestión dispone de un buen y apeticible parque.


Sí, lo reconozco: soy adicto a los parques.


1, 30, 10.000

Podrían ser tres números aleatorios, cogidos al azar. Pero no lo son. Algún significado, que no oscuro, tienen; así como algo en común.

No soy muy dado a celebraciones, ni a recordatorios, ni a fechas señaladas y tampoco me atraen demasiado destacar números redondos. Pero como estas tres cifras más o menos coinciden en el tiempo hablaré de ellas. Tal vez podría haber escogido otras, pero hoy tocan éstas.

Uno. Celebración. Un año de este blog, tal día como hoy. Una pequeña aventura que surgió de la idea de hacer algo creativo, a la vez de tener un modo de expresión, de darme la posibilidad de hablar de diferentes temas, desde lo más anecdótico y banal hasta lo más íntimo y trascendente. O: del cielo al infierno, como dije el primer día. Y permitirme, de vez en cuando, ejercitar el noble arte de la escritura, en desuso en nuestros tiempos, aunque para mi puede llegar a ser una pasión.

Y desde aquella primera entrada en el blog recién creado en cierto modo he ido perdiendo la vergüenza, bloggerilmente hablando se entiende. Cada vez me ha ido costando menos hablar en este espacio público. Aunque todavía queda bastante timidez propia...

Era una pequeña idea, sin más pretensión que las que he comentado. Pero una año después me sorprendo a mi mismo que todavía dure el curioso invento, que haya tenido la continuidad, la persistencia necesaria para mantenerlo en marcha. Pero, sobre todo, que todavía me ilusione y siga teniendo ganas de escribir aquí.

Mirado de manera objetiva, desde fuera, no sé que resultado habrá dado esta singular historia sin pies ni cabeza, que aspecto tendrá el monstruo engendrado mirado desde otra perspectiva diferente a la de mis ojos. Pero yo me siento satisfecho por haber podido hablar de lo que me apetecía, como y cuando quería. Y si algo me deja un poco de regusto amargo tal vez es la falta de tiempo. Tiempo para poder escribir más, para contar más historias, para expresarme más, para divertirme escribiendo durante más ratos. Pero, el tiempo, ese valuoso y escaso recurso...

Diez mil. Curiosidad ahora, a nivel de anécdota. Justo en el día de hoy he alcanzado esta cifra en el número de canciones escuchadas desde que me registré en Last.fm, hará un año y medio. Evidentemente, escuchadas desde mi ordenador; ya que si se pudiera contabilizar de algún modo todo lo que escucho en el reproductor de mp3 igual estaríamos hablando del doble o el triple de reproducciones tranquilamente.

El caso es que haciendo balance del año en cuestión que hoy estoy celebrando, no podía faltar el toque musical. La banda sonora de mi vida, como suelo decir. Al igual que escribir, escuchar música es una de mis grandes pasiones. Pero a diferencia de la escritura, la música está todavía más presente en mi vida, es más fácil que me acompañe en el día a día, sin yo tener ningún esfuerzo.

Es una cantidad ingesta de canciones, cientos de discos y de artistas. Disfruto de la música, conociendo sus múltiples y variadas posibilidades, buscando siempre cosas nuevas, no permancer o conformarme con lo que tengo sino ir evolucionando a partir de la base de lo que conozco y me gusta; encontrando esos sonidos, esas atmósferas, esas emociones y esos sentimientos que a uno le hacen sentir vivo.

Pero en este último año algo ha cambiado al respecto. Más o menos ya lo sabía, pero al final lo he reconocido y he sido consciente plenamente de ello. La música siempre me acompañaba allá donde iba, siempre. Pues, hay momentos en los que no disfruto de la misma. Dicho de alguien que acaba de decir que disfruta de la música suena algo raro. Son esos momentos en los que haces otras cosas, como leer, trabajar, intentar conciliar el sueño, escribir o simplemente andar divagando con los pensamientos de uno mismo. Entonces la música es un aislante, una barrera para el mundanal ruído. Tiene esa función y no la estás disfrutando.

Cuando se llega a la conclusión que todo eso que hacemos realmente no requiere de ese aislante, que lo externo no molesta tanto, que podemos dedicar toda la atención a esa actividad que estamos haciendo, no nos hace falta unos tapones en los oídos. Conseguimos no desperdiciar varias escuchas de discos o artistas, que van pasando por nuestras orejas sin enterarnos, sin que nos dejen ninguna marca. Y, además, logramos que cuando realmente queremos escuchar música lo hagamos para disfrutar plenamente, evitando así el cansacio arrastrado de todos esos instantes acumulados de tener música incesantemente en nuestros oídos.

Treinta. Hacía falta un tercer número para dejar más curioso el título de la entrada... No. La verdad es que también tiene su significado. Representan los años, concretamente los míos. Como ya he dicho al inicio de esta entrada, este tipo de celebraciones, como los cumpleaños, no van conmigo. En esta ocasión, esta cifra redonda, treinta, ha tenido mayor resonancia. No por el día en sí del cumpleaños, que no deja de ser para mi un día más, aunque este año tubiera algún componente especial, sino porque es inevitable que llegados a esta cifra, a esta edad, uno piense y se plantee muchas cosas. En el mismo día, como digo, no. Pero durante el año anterior algunas han sido las reflexiones y todo parece indicar que en las próximas fechas habrá más... Por lo que esta simple e inofensiva cifra está todavía dando guerra.

Tres cifras, tres historias...

¿Apetece un relajante baño caliente?


Más

La aldea irreductible

Ya puestos a hacer recomendaciones, haré una más. De manera directa tampoco hablo de blogs, sino que siempre me sirvo de alguna entrada que me llame la atención para poder colar el enlace a la página en cuestión.

Pero en esta ocasión sí que me gustaría hablar de La aldea irreductible, un reciente descubrimiento que no sólo me ha llamado la atención sino que me parece algo impresionante. Principalmente por la capacidad de hablar de temas de tan poco comunes como fascinantes como el sorprendente origen del Rugby, los síntomas de la brujería, como desactivar minas a ciegas...; por citar unos pocos ejemplos. Todo explicado de manera amena y clara, de fácil lectura. Para aprender o añadir conocimientos sobre interesantes curiosidades.

Además el blog permite navegar a través de sus variadas secciones: cine, fotos, naturaleza, vídeos, lugares del mundo... Todas ellas interesantes. Un blog increíble.

La Insoportable Levedad del Ser

No soy muy dado a hablar de libros, ni verter opiniones de los mismos. A pesar que en los últimos tiempos leo bastante, no me considero un gran lector o, por lo menos, no con la suficiente capacidad de expresar lo que los libros me transmiten, sus ideas, conceptos...

Pero sí que quería hacer mención especial a este libro, La Insoportable Levedad del Ser de Milan Kundera, que finalicé hace unos días. Ya que me ha gustado mucho, por bastantes motivos: por la manera que tiene el autor de describir las mismas circunstancias desde diferentes puntos de vista, por su capacidad de describir los más variados sentimientos, algunos de ellos muy particulares, complejos e extremadamente íntimos, de cada uno de sus personajes y por la manera de relacionar a los diferentes protagonistas. Todo ello bajo el manto de una situación socio-política muy difícil en el que se desarrollan los acontecimientos.

Buen libro, muy recomendable.

Por cierto, ahora me entero que hay una película basada en este libro. Habrá que verla.

Mea culpa y caga leyes

Gran entrada en el blog Pianista en un burdel acerca de las redes P2P, la piratería y demás cuestiones relacionadas con este mundillo tan de actualidad. Me parece que dice un montón de cosas interesantes, de manera clara y directa.

Muy recomendable lectura y blog.

Aniversario constitucional

Pues eso:
Genial Manel Fontdevila.