Song of the Year

Dada mi pasión por la música, quería despedir el año con una canción. Es algo muy difícil poder elegir una que represente toda una temporada y que pueda expresar en tan poco tiempo tantos sentimientos y tantas vivencias.

Pero, tras pensarlo un poco he tenido más que claro que la canción que en estos momentos lo consigue es por muchos motivos ésta:



How I wish, how I wish you were here ...

¿Algo raro en la foto?

Es la portada de un disco de los años 70s. En ella se muestran algunas incoherencias. ¿Eres capaz de encontrarlas todas?

(Pinchar la foto para ampliarla)

Senderos de Gloria

25 de Diciembre.

Se cumple medio siglo de una de las grandes obras maestras del cine realizada por el tambien grande Stanley Kubrick.

Película polémica desde su concepción por su carga anti-belicista que hicieron difícil lograr producirla y rodarla. Fue el empujón de Kirk Douglas al sumarse al proyecto como principal protagonista y como productor el que hizo viable el mismo. Y una vez finalizada, las trabas que se encontraron fueron las prohibiciones y la censura en Europa.

Un clásico del cine que no se ha librado de las distintas teorías que ha generado para desmembrar sus posibles mensajes. Desde la tradicional lucha de clases reflejada en la brecha entre la clase que ostenta el poder y los que tienen que obedecer, pasando por la plasmación de lo que significa una guerra, hasta mostrar las incoherencias de la misma. Pero, siempre se coincide en que el mensaje es de carácter anti-belicista.

Pero, es el mismo Stanley Kubrick quien deshace la incógnita y en su día declaró que Senderos de Gloria no era una película anti-belicista sino contra "la ignorancia autoritaria".

En todo caso, nos encontramos ante una de las grandes entre las grandes. El recuerdo aún vivo tras medio siglo que la contempla es su broche de oro.

Camino al MVP: Dwight Howard

En tres temporadas en la liga se ha convertido en uno de los jugadores más desequilibrantes en la pintura. Y su espectacularidad lo alza a una de las sensaciones de la NBA.

Sorprendió a más de uno al ser elegido por Orlando Magic en el número uno del Draft por delante de Emeka Okafor, sin iniciar siquiera el periplo universitario, directamente del High School.

El tiempo ha dado la razón a quienes apostaron por el joven jugador. Y ya en su primera temporada dió muestras de su poderío de un físico portentoso, de una contundencia y de una gran intimidación bajo los aros. Año tras año a su solidez reboteadora ha ido añadiendo una mayor facilidad de movimientos en ataque que lo hacen un jugador cada vez más completo. Y aunque la mayoría de sus canastas son hacia abajo su repertorio es cada vez más amplio y más difícil de parar por los rivales.

Cumpliendo ya su cuarta temporada y tras una gran progresión individual ha dado un nuevo y gran paso adelante: mejor reboteador de la competición con más de 15 rebotes por partido, promediendo más de 23 puntos y casi 3 tapones por encuentro. Y con porcentajes de tiro superando el 60 por ciento. Todo ello para estar entre los más eficientes y por lo tanto para luchar por el MVP con jugadores como LeBron James, Kevin Garnett o Carlos Boozer.

Los Magic han visto materializados los avances de Howard en un mayor número de victorias. Y son, tras los estelares Celtics y los eternos favoritos Pistons, uno de los candidatos para llegar a ganar la conferencia y plantarse en la gran Final.

Y, como los grandes jugadores, tiene algo especial, un encanto que lo distingue de otros jugadores. Su simpatía y alegría la transmite siempre que puede en entrevistas o entrenamientos. Incluso lo ha llegado a plasmar en una sorprendente originalidad para hacer mates, todo un espectáculo para un jugador de sus características físicas.

La nueva bestia y estrella de la liga, heredero directo de los Shawn Kemp, Shaquille O'neal o Amare Stoudemire, está pidiendo a gritos paso y reclamando un lugar en lo más alto de la élite.

Dio, ¿puedes escucharme?

Como en la vida, en la música no hay que tomárselo todo en serio. El proyecto de Jack Black y su amigo Kyle Glass -Tenacious D-, nos trae aire fresco para homenajear de manera hilarante pero desde la admiración el mundo del Rock en particular y criticar el de la música y la sociedad en general.

Pequeño fragmento de la película que se titula como el grupo:



Rock is not The Devil's work,
It's magical and rad.

¡Geniales!

Corsés góticos y cascos de walkiria

ARTURO PÉREZ-REVERTE | XLSemanal | 16 de Diciembre de 2007

No soy muy aficionado a la música, excepto cuando una canción –copla, tango, bolero, corrido, cierta clase de jazz– cuenta historias. Tampoco me enganchó nunca la música metal. Me refiero a la que llamamos heavy o jevi aunque no siempre lo sea, pues ésta, que fue origen de aquélla, es hoy un subestilo más. Siempre recelé de los decibelios a tope, las guitarras atronadoras y las voces que exigen esfuerzo para enterarse de qué van. Las bases rítmicas, el intríngulis de los bajos y las cuerdas metaleros, escapan a mi oído poco selectivo. Salvo algunas excepciones, tales composiciones y letras me parecieron siempre ruido marginal y ganas de dar por saco, con toda esa parafernalia porculizante de Satán, churris, motos y puta sociedad. Incluidas, cuando se metían en jardines ideológicos, demagogia de extrema izquierda y subnormalidad profunda de extrema derecha. Etcétera.

Sin embargo, una cosa diré en mi descargo. De toda la vida me cayeron mejor esos cenutrios largando escupitajos sobre todo cristo que los triunfitos relamidos, clónicos y saltarines, tan rubios, morenos, rizados y relucientes ellos, tan chochidesnatadas ellas, con sus megapijerías, sus exclusivas de tomate y papel cuché, y toda esa chorrez envasada en plástico y al vacío. Al menos, concluí siempre, los metaleros tienen rabia y tienen huevos, y aunque a veces tengan la pinza suelta y hecha un carajal, éste suele ser de cosas, ideas, fe o cólera que les dan la brasa y los remueven, y no de cuántas plazas será el garaje de la casa que comprarán en Miami cuando triunfen y puedan decir vacuas gilipolleces en la tele como Ricky, como Paulina, como Enrique.

Pero de lo que quiero hablarles hoy es de música metal. Ocurre que en los últimos tiempos –a la vejez, viruelas– he descubierto, con sorpresa, cosas interesantes al respecto. Entre otras, que esa música se divide en innumerables parcelas donde hay de todo: absurda bazofia analfabeta y composiciones dignas de estudio y de respeto. Aunque parezca extraño y contradictorio, la palabra cultura no es ajena a una parte de ese mundo. Si uno acerca la oreja entre la maraña de voces confusas y guitarras atronadoras, a veces se tropieza con letras que abundan en referencias literarias, históricas, mitológicas y cinematográficas. Confieso que acabo de descubrir, asombrado, entre ese caos al que llamamos música metal, a grupos que han visto buen cine y leído buenos libros con pasión desaforada. Ha sido un ejercicio apasionante rastrear, entre estruendo de decibelios y voces a menudo desgarradas y confusas, historias que van de las Térmópilas a Sarajevo o Bagdad, incluyendo las Cruzadas, la conquista de América o Lepanto. Como es el caso, verbigracia, de Iron Maiden y su Alexander the Great. La mitología –Virgin Steele, por ejemplo, y su incursión en el mundo griego y precristiano– es otro punto fuerte metalero: Mesopotamia, Egipto, La Ilíada y La Odisea, el mundo romano o el ciclo artúrico. Ahí, los grupos escandinavos y anglosajones que cantan en inglés copan la vanguardia desde hace tiempo; pero es de justicia reconocer una sólida aportación española, con grupos que manejan eficazmente la fértil mitología de su tierra: Asturias, País Vasco, Cataluña o Galicia. Tampoco el cine es ajeno al asunto; las películas épicas, de terror o de ciencia ficción, La guerra de las galaxias, Blade Runner, Dune, las antiguas cintas de serie B, afloran por todas partes en las letras metaleras. Lo mismo ocurre con la literatura, desde El señor de los anillos hasta La isla del tesoro o El cantar del Cid. Todo es posible, al cabo, en una música donde el Grupo Magma canta en el idioma oficial del planeta Kobaia –que sólo ellos entienden, los jodíos– mientras otros lo hacen en las lenguas de la Tierra Media. Donde Mago de Oz alude –La cruz de Santiago– al capitán Alatriste y Avalanch a Don Pelayo. Donde los segovianos de Lujuria lo mismo ironizan sobre la hipocresía de la Iglesia católica en cuestiones sexuales que largan letras porno sobre Mozart y Salieri o relatan, épicos, la revuelta comunera de Castilla. Y es que no se trata sólo de estrambóticos macarras, de rapados marginales y suburbanos, de pavas que cantan ópera chunga con corsé gótico y casco de walkiria. Ahora sé –lamento no haberlo sabido antes– que la música metal es también un mundo rico y fascinante, camino inesperado por el que muchos jóvenes españoles se arriman hoy a la cultura que tanto imbécil oficial les niega. El grupo riojano Tierra santa es un ejemplo obvio: su balada sobre el poema La canción del Pirata consiguió lo que treinta años de reformas presuntamente educativas no han conseguido en este país de ministros basura. Que, en sus conciertos, miles de jóvenes reciten a voz en grito a Espronceda, sin saltarse una coma.

Kyoto Jazz Massive


Echando una mirada a Oriente en busca de nuevas formas de ver el mundo me topo con esta formación musical nipona creada por los hermanos Okino.

Dentro del denominado Nu-jazz es de los grupos que más han destacado y que han sabido evolucionar dentro del estilo, tocando y mezclando diferentes palos como es el Jazz-fusión y la electrónica dándole alguna pincelada de bossanova.

Curiosa e incluso rara mezcla, pero con un resultado final más que interesante: música tranquila, relajante y envolvente.

Su discografía pasa por discos propios, recopilaciones, compilaciones y colaboraciones varias para otros artistas del género. Pero, si hay que destacar algún álbum por encima de los demás ése seria sin lugar a duda el Spirit of the Sun, todo un clásico.

De héroe a villano (o la estupidez humana)

Lo tenía todo.

Siendo el quaterback y líder de los Atlanta Falcons se había convertido en una de las megaestrellas de la NFL.

Jugador peculiar en su posición, destacaba por sus espectaculares dotes físicas. Una potencia, velocidad y explosividad que le permetían correr más que cualquier otro quaterback incluso más que muchos de los running backs de la liga. Su juego atípico y las muchas jugadas terrestres que se diseñaban a su medida volvían locas a las defensas rivales.

Un estilo tan espectacular como temerario. El peligro que corría al aguantar el balón tanto tiempo en sus manos arriesgándose desde un simple placaje con pérdida de yardas hasta una grave lesión lo transformaba en big plays y se convertía a sí mismo en el jugador más emocionante del fútbol americano. Incluso, gracias a su capacidad atlética lo comparaban con el mismísimo Michael Jordan y se ganó el apodo de Superman.

Todo ello lo alzó a la categoría de héroe, el ídolo de miles de aficionados a este deporte. Impresionante salario y grandes contratos publicitarios. Y he de confesar que después de Payton Manning era el quaterback que más me apasionaba.

Pero, se acabó.

Esta temporada ya no se ha vuelto a poner el casco de los Falcons. Y todo porque, a pesar de tener todo el dinero del mundo, de toda la fama que un ego puede anhelar, de tener al alcance de su mano aquello que pudiera desear, no tubo mayor ocurrencia que montar con sus amigos diferentes actividades ilegales como las peleas de perros. Tortura y muerte de animales que tras unos meses de investigaciones han acabado con la sentencia del pasado Viernes que le mantendrá 23 meses en prisión.

El deporte pierde a una gran y espectacular figura. Pero la sociedad se libra durante una larga temporada de un maltratador y torturador de animales y un pésimo ejemplo a seguir para los que hasta ahora eran sus seguidores.

Dexter

En los últimos tiempos han llegado desde los USA grandes series de TV que nos sorprendían y cautivaban con grandes superproducciones y buenas tramas y guiones detrás.

Dejando a un lado a Lost, Heroes, Smallville o Prison Break, ahora nos sorprenden con Dexter, una serie que deja al margen las dosis de espectacularidad y pomposidad de las series citadas para llevarnos a un entorno más realista.

Dexter es un malo, un malo-bueno ... Es decir, al igual que en Los Soprano, nos introducimos en la piel de los que están al otro lado de la ley. Y en este caso, en la de un asesino. Pero que no mata indiscriminadamente sino que, a lo Robin Hood, reparte justicia divina.

Y eso es lo interesante: que nos encontramos con un punto de vista de la vida poco habitual en el resto de series. Además, se puede decir que todo transcurre o se narra en primera persona. Por lo que el angulo de visión del espectador se reduce al del personaje, no nos dejan al margen mostrando los hechos de manera objetiva.

Destacar el actor que encarna a Dexter, Michael C. Hall. Ya lo bordaba en a Dos Metros bajo Tierra y que este papel le viene como anillo al dedo. Es más, parece que los dos personajes de ambas series se complementan como si fueran el mismo que en realidad llevara una doble vida: un asesino y un empleado de funeraria, al más puro estilo Juan Palomo.

El Power Trio está de moda

Cream fue una de las bandas pioneras a la hora de llevar el Rock a otro nivel. Tal fue así que en su corta pero fructífera vida como grupo fue considerada uno de los supergrupos de los 60s.

Y ¿que tenían de peculiar? A parte del carácter innovador y la contundencia en los directos, que su formación "sólo" contaba con tres músicos. O, mejor dicho, tres grandes músicos: Jack Bruce (bajo y voz), Eric Clapton (guitarra) y Ginger Baker (batería).

No necesitaban más; tres músicos para derrochar energía, virtuosísmo, elegancia ... Y como a todo hay que ponerle etiqueta, surgió el Power Trio. Un tipo de formación que rápidamente se popularizó y tubo sus seguidores como Rush, Grand Funk Railroad, más cañeros como Motörhead o más actuales como los exitosos Wolfmother.

El caso es que en el pasado verano se dió un paralelismo en el mundo deporte. Cuando Danny Ainge consiguió reunir en Boston a tres megaestrellas y futuros halloffamers de la NBA: Pierce, Allen y Garnett, rebautizados como el Big Three. Para ello sacrificó toda la plantilla a cambio.

La calidad de las tres figuras está fuera de duda. Pero ¿eso garantiza títulos? La reciente experiencia de los Lakers intentando crear los '4 fantásticos' acabó en decepción. Y como dicen que el camino se demuestra andando, algunos ya piden el reconocimiento al verdadero Big Three que no estaría en otro lugar que en la ciudad tejana de San Antonio donde los anillos conseguidos dan pie a hablar de una dinastia. En el que al que dicen mejor 'cuatro' de la historia le acompañan dos escuderos de lujo. Pero, en la que además los obreros de la intendencia acaban de completar el trabajo a la que las estrellas no llegan.

El tiempo dará o quitará la razón a la apuesta de Ainge. Y se verá si los solos de guitarra, de bajo y de batería de un Power Trio verde son suficientes para acabar con la Big Band tejana.



Y un día ...

... los Dioses decidieron abandonar su retiro en el Olimpo. Y así visitar de nuevo la tierra de los mortales para que nadie pierda en el olvido a quien pertenece de manera legítima el trono del Reino del Rock.

Tras varios meses de gran expectación ante la reunión más esperada en la historia, unas horas fueron suficientes para demostrar quienes fueron, son y serán los más grandes:


Heaven and Hell

Una canción, un disco y actualmente un grupo. Y ¿por qué no un blog?

No, mis pretenciones no son las de equiparar mi recién estrenado y modesto blog con semejantes hitos musicales. Ni mucho menos.

Estas grandes creaciones, que están dentro de mis debilidades, me sirven de excusa para dar el primer empujón a esta nueva iniciativa, que es tal vez la que cuesta más: poner nombre e imagen al proyecto e iniciar la marcha.

Y que mejor manera que un título tan sugerente como Heaven and Hell para empezar la nueva andadura. Un lugar donde se tratará el cielo y el infierno, pero tambien todo el mundo con toda la gama de colores (que no grises) que separa un extremo del otro; para reflejar todo lo que quiero expresar en este blog: sentimientos, emociones, experiencias, inquietudes, gustos ... Y todo bién acompañado por buena música, la banda sonora de mi vida.

Así que sólo me queda agradecer a DIO que haya prendido la llama en mi.