Perla # 16

He vuelto a tapar mis oídos con sonidos provenientes del Infierno: no quiero pensar.

S.M.V.

S.M.V. son las siglas o iniciales de tres grandes bajistas: Stanley Clarke, Marcus Miller y Victor Wooten. ¿Qué tienen en común a parte del bajo? Pues que han formado un supergrupo para ofrecer al público un delicioso disco titulado Thunder.

Merodeando por los más escondidos rincones de Internet, muchas veces los más interesantes, me topé con este proyecto. Este curioso disco es obra de tres de mis bajistas favoritos. De hecho, ya es casualidad, ya que dentro del Jazz o músicas que lo toman como base no conozco mucho más. Y justo estos tres se alían para hacerme este regalo. Sólo faltaría al desaparecido y genial Jaco Pastorius para completar un auténtico repóquer de ases.

Tres virtuosos del bajo. Casi se podría hablar que abarcan todas las generaciones, aunque la diferencia de edad entre ellos sea muy pequeña, y estilos. Clarke se desenvuelve en el Jazz o Jazz Fusion más clásico o tradicional, conocido es su paso por Return to Forever. Miller puede mezclarse con ritmos más rockeros. Y el innovador Wooten es el más funky de todos.

Ya de por si llama la atención cuando tres grandes músicos con sus respectivas carreras de éxitos a cuestas se unan para grabar un disco o salir de gira. Pero más curioso es cuando los tres músicos son bajistas. Lo que hace de este disco algo más excepcional y, por ende, más especial y atractivo.

El sonido del bajo es poderoso, marca el paso, es la sentencia, tiene una gran presencia y fuerza. Y la combinación que realizan en este disco me parece genial. Ese poderío se convierte en majestuoso cuando se mezclan la fuerza y la suavidad, la velocidad y la pesadez o la energia y la fragilidad. Y si los que realizan tal despliegue musical tienen semejante nivel de virtuosismo el resultado es un disco instrumental fantástico.

¡A estas alturas y sin hablar de NBA!

No quería dejar de hablar un poquito de NBA. Ya dejé por el camino la Superbowl y el Seis Naciones. Pero esto es superior a mis fuerzas. Estamos en Playoffs y, como en la Primavera, la sangre se altera.

Nos hemos plantado ya a las puertas de las Finales de Conferencia. Y nos encontramos que Campeón y Subcampeón del pasado curso baloncestístico están contra las cuerdas. Tanto los Celtics como los Lakers partían como favoritos para reeditar las Finales del año pasado. Incluso, al inicio de esta temporada, la diferencia de estos dos equipos con el resto de la liga se intuía abismal. Cada uno de ellos sólo se preocupaba por esta hipotética Final: intentando reforzar los puntos fuertes que les llevaron al título para Boston y supliendo las carencias para los californianos.

Pero, entre lesiones y problemas varios, ambos se la juegan a un solo partido para seguir vivos en estos Playoffs. Los de Boston contra unos peleones Magic de Superman Howard y los de L.A. contra unos sorprendentes Rockets sin Yao. Los dos equipos han mostrado sus debilidades a lo largo del año. Y en los Playoffs, reflejo de la temporada, están sufriendo más de lo previsto o deseado.

En cambio, ahí están los Cavs liderados por el estratosférico MVP LeBron James. Parece que el guión ya está escrito, desde el inicio de su carrera a los dieciocho añitos, y que nos encaminamos a un final de película con un final feliz en el que King James luce un anillo de campeón en la mano. Los Cavs han demostrado gran autoridad a lo largo de la temporada regular, consiguiendo el mejor balance de la liga. Y no sólo LeBron ha rendido a un gran nivel; todo el elenco de jugadores secundarios que le rodean han hecho un auténtico temporadón; algunos de estos jugadores han firmado los mejores números de su carrera . Ahora, en Playoffs, donde el juego cambia, se vuelve más duro y hay más presión, han reafirmado las sensaciones de la temporada y no han dado pie a ningún tipo de sorpresa barriendo con contundencia a sus rivales en el camino del anillo.

Y, por otro lado, están los Nuggets de un Carmelo Anthony que ha dado un paso al frente para entrar por la puerta grande en la élite de la NBA. Una puerta cerrada hasta la fecha por motivos extra-deportivos. Y es que los de George Karl han hecho una gran temporada también, sin hacer mucho ruído. Per ahí están, esperando rival en la Final de la Conferencia Oeste. Han reunido un buen equipo, con un gran juego interior y exterior y con suplentes que cumplen. Y al fin tienen un base. Más que un base, tienen un líder: Chuncey Mr. Big Shot Billups. Su calidad y experiencia están siendo básicos para que los de Denver aspiren a todo.

Hoy sabremos quienes jugarán las Finales de Conferencia. Lakers y Celtics parten con la ventaja de jugársela en casa. Pero tras sendos séptimos partidos, si es que ganan, les espera lo más difícil todavía: los dos equipos más en forma de la competición que aguardan con las fuerzas intactas a sus futuribles rivales mermados por el desgaste de sus partidos.

Bryant contra Pierce, Pierce contra Melo, Melo contra James o James contra Bryant. Todo puede pasar: estamos en Playoffs.

El Palau de la Música: siempre mágico

Hace justo una semana asistí a un concierto de esos que hacen especial ilusión. De los que se salen de la tónica habitual. Se trataba del Concierto de Aranjuez de Rodrigo. Un clásico de la guitarra española.

Ya de por si me hacía gracia escuchar esta obra. Pero lo que hacía más especial este concierto es poderlo disfrutar en el Palau de la Música Catalana, fantástico lugar donde los haya. No hace pensar en nada, ni ponerse en situación, ni mentalizarse. Simplemente sentarse en la butaca y dejarse envolver por la magia del Palau.

Además, para mi me resultaba curioso escuchar en directo a una Orquesta Sinfónica, como era el caso, algo que no había hecho hasta la fecha. Pero, para mi sorpresa no sólo fue sólo el concierto ya citado lo que disfrutamos. Si no que la Orquesta Sinfónica Estatal de Ucrania también interpretó otras obras. Abriendo con El Amor Brujo de Manuel de Falla. Continuando con Carmen de Bizet. Siguiendo con Fantasía para un Gentilhombre también de Joaquín Rodrigo. Con un interludio para interpretar España de Chabrier. Y acabó, ahora sí, con el concierto de Aranjuez.

Para mi fue algo espectacular gozar de la fuerza, la potencia, mezcladas con la suavidad y ternura de una Orquestra en directo. Y la combinación con la guitarra española es una mezcla explosiva. Senzillamente genial.

Como pequeña muestra, un fragmento de lo que sería Carmen de Bizet, algo que puede resultar muy heavy:



Y por otro lado, una pequeña pincelada del Concierto de Aranjuez interpretado por el virtuoso Rolando Saad:



Una nueva noche mágica en el Palau.

A veces...

... cuesta ponerse aquí a escribir. Y es difícil de entender y lucho para que no pase. Pero la falta de tiempo, el cansancio físico o mental hacen mella. Tal vez le doy demasiada importancia a escribir unas pocas palabras, unas líneas que en realidad no la tienen; y quiero hacerlo bién, quiero buscar el momento oportuno para hacerlo. Entonces los condicionantes anteriormente mencionados aparecen y no me acabo de sentir cómodo, no acabo de ver esos momentos oportunos.

No es por falta de ganas ni de ilusión. Todo lo contrario, porque hay ideas y motivación. Por eso escribo ahora aquí expresando lo que veo, para decirlo en voz alta y ser, de este modo, más consciente. Porque puede ser que sólo sean excusas, que me cueste ver que en realidad esto es más fácil de lo que me entesto a creer. Porque escribo para mi, porque quiero; entonces no le debería dar la mayor importancia si lo hago bién o no. Aunque claro, uno siempre pretende hacerlo lo mejor que sabe... Simplemento si me apetece debería hacerlo, sin más.

Hoy me ha dado el ramalazo escritor que tanto me gusta. Y eso que he pasado una noche un tanto rara sin dormir demasiado bién y que acabo de desfondarme físicamente a lo bestia saliendo a córrer. Por lo que queda demostrado que pese a todo mis pocas neuronas son los suficientemente capaces de currar si se lo proponen. Habrá que converlas más a menudo...

Tengo ganas de escribir, a ver que va saliendo hoy. Pero, sobre todo, a ver si me lo acabo creyendo y consigo escribir cuando hay algo que escribir. No quiero quedarme cosas adentro, temas pendientes, ni que todo se vaya arrastrando creando una bola y que las rachas de muchos días sin escribir hagan que me cueste todavía más arrancar como ha sucedido a menudo.

Quiero escribir y lo haré.

Perla # 15

Aquí.