No Fun League

Hace una semana se celebró en el Wembley Stadium de Londres el partido que por ahora es anual entre dos equipos de la NFL. Partido oficial y atractivo para seguir abriendo el mercado europeo de este deporte.

Jugaban los Chargers de San Diego y los Saints de New Orleans. El partido fue muy entretenido, con un marcador elevado resultado de un choque que tubo absolutamente de todo: touchdowns, fumbles, gran juego terrestre y de pase, con jugadas de todos los colores ... y que mantubo la emoción hasta los instantes finales para decantarse al fin por los Saints.

Pero lo que me llamó poderosamente la atención de este partido fue la falta que cometió un jugador y la correspondiente sanción que se llevó su equipo. La falta consistía en celebrar una jugada, creo que fue un placaje o una intercepción. El caso es que a su equipo lo penalizaron con varias yardas.

La celebración no era una provocación al público, ni un menosprecio al rival, ni algún tipo de conducta indebida, ni nada por el estilo. Era un baile, concretamente dos pasos, y dejarse caer al césped. Eso suponía, no recuerdo exactamente los términos, un exceso de efusividad en la celebración.

Para mi el exceso está en regular este tipo de chorradas, de ponerle reglas a una simple celebración cuando realmente no dejan de ser éso: una celebración, sin más.

Y, a veces, el intento de tenerlo todo bajo control, todo regido por reglas, para que nada se desmadre con la excusa en este caso de proteger el juego, a los jugadores o a los espectadores, produce el efecto contrario al buscado. Aquí el jugador no puede expresar su alegría, el espectador no puede identificarse con el jugador y la NFL se convierte en la No Fun League.