La Respuesta a la Motown

Ha sido la noticia de la semana en el mundillo de la NBA. Todo el verano esperando el traspaso bomba y éste se ha producido, incomprensiblemente, a las pocas jornadas de haberse iniciado la temporada cuando las plantillas y toda la planificación ya deberían estar cerradas.

El protagonista, al igual que ya lo fue hace una temporada al abanadonar Philly, es Iverson. Ahora vuelve a mudarse de casa y se va a Detroit.

Todo lo que envuelve a este jugador genera noticia. Es de los jugadores con mayor número de seguidores. Con un estilo tanto dentro de la pista como fuera de ella muy personal, muy diferenciada de los demás: es un warrior, un auténtico guerrero.

Es tal la expectación que le rodea, que nadie habla del otro jugador que ha protagonizado el intercambio, Chauncey Billups. Ni más ni menos que un MVP en unas finales de la NBA que recala en Denver.

La fórmula Anthony-Iverson no ha funcionado a las órdenes de George Karl. Demasiados tiros y demasiado balón para cada uno y nulo juego en equipo. Con la llegada de un base puro a Denver y el reconocimiento y entrega de la batuta del equipo en exclusiva a Carmelo, tal vez los mecanismos del equipo cambian y llegan los frutos que hasta ahora no se habían logrado.

Pero volvamos a Detroit. Un equipo que ha mantenido un bloque desde hace varios años, siempre sólidos y favoritos en su conferencia. En los últimos tiempos el envejecimiento de la plantilla provocó la renovación de algunos jugadores secundarios, de banquillo. Siguió la marcha de uno de los estandartes, pieza clave defensiva y cara de la filosofía del equipo: Big Ben Wallace se iba a Cleveland para convertirse en uno de los escuderos de King James. Ahora es el turno de la marcha de otro jugador titular, Billups. Y llega otra estrella de liga para ocupar su lugar.

La calidad de Iverson es indiscutible. Como está fuera de dudas su hambre y ansia de victoria. Y ,tal como comentó en la rueda de prensa a su llegada a Detroit, su máximo objetivo será conquistar el campeonato.

La incógnita es que papel desempeñará ahora. De nuevo tendrá que ejercer labores de base. Pero donde habrá que ver lo grande que es si cede parte de su protagonismo en beneficio del equipo, al igual que hicieran el año pasado Allen y Garnett a su llegada a Boston sacrificando sus números para conseguir el anillo. Si es así y respeta la actual jerarquía del equipo, donde tendría que repartir juego con Wallace, Prince y Hamilton, su integración podría ser muy positiva. Y a pesar de tener que mantenerse en un rol casi secundario muchos momentos decisivos pasarán por sus manos y su calidad es un añadido a un equipo que aspira a todo. Habrá que ver en las próximas que tal sienta a la Motown de The Answer.

Será raro ver a Iverson con una nueva camiseta, y más con otro número que no sea el 3.