Coming home

De vuelta por estos lares. Tras una breve y fugaz, a la par que provechosa, visita a Londres, vuelvo a casa. Al día a día, con su misma rutinas, el mismo trabajo, las mismas caras...

De ahí la importancia de estos pocos días (casi se podría hablar de horas, la verdad). Una escapada de la realidad y toma de distancia de todo. Y un encuentro con una ciudad fascinante, espectacular, que ya conocía pero que esta vez la he querido disfrutar de manera distinta, como yo quería, para que me llenara plenamente. En esta ocasión no iba en plan turista a ver monumentos, museos, ni otros muchos puntos obligados para cualquier visitantes. Sino que he podido gozar de algo tan simple pero extremadamente gratificante como un paseo de toda una mañana (sorprendentemente soleada) por sus espectaculares, grandiosos y encantadores parques. O como un concierto en uno de sus históricos teatros (no podía faltar la nota musical aquí, ya hablaremos de ello). O como representaciones teatrales y musicales en la calle. O como esos locales donde poder sentarse tranquilamente con una refrescante "pinta" a disfrutar de la música en directo...

Un viaje para envolverse de un entorno mágico, pero tambien para indigar un poquito en el interior de uno mismo. Tal vez es la tranquilidad de la distancia, pero muchos son los sentimientos que afloran cuando uno consigue ser consciente de lo que le rodea y cuando sabe que es lo que tiene dentro en un momento determinado. Cuando valora y es capaz de potenciar y disfrutar ambos mundos complementarios: el interior y el exterior (como el Yin y el Yang...).

Era una escapada, una pequeña aventura. Sin más. Pero había las dudas de como podría salir todo, que se pudiera estropear. Oportunidades como ésta las quieres aprovechar al máximo. Y salvo unas dudas iniciales, lo conseguí: disfrutar de Londres, sentirme a gusto perdido por sus calles, sonriendo a las ardillas de los parques, saludando a mi amigo Peter Pan mientras desafiaba como un valiente a las inclemencias del tiempo y sintiendo las vibraciones de la música.

He vuelto a casa, he vuelto satisfecho.

Pd: ¡Ah! ya me olvidaba. El título de esta entrada. Tal como me fui, vuelvo: con un tema musical. En este caso hago referencia al Coming Home de los Scorpions. ¿Por qué el de este grupo y no el de Ozzy, por ejemplo? Muy sencillo: cuando estube hace un par de años por primera vez en Londres viví el mejor concierto de mi vida: Ian Gillan, Scorpions y Judas Priest. Por aquel entonces conocía al grupo alemán pero no les había prestado mucha atención nunca. Tras su apabullante directo no tube más remedio que rendirme a la mítica banda. Y como en este viaje fuí a parar delante del lugar donde antaño pasé tan grata experiencia (el Royal Albert Hall) irremediablemente los recuerdos se agolparon. Y de aquí este pequeño y modesto homenaje.