A ritmo de Reggae


Es lo más grande que he visto en estos Juegos Olímpicos, por encima del recital de Phelps, y tal vez es una de las mayores exhibiciones de la historia. Bolt se ha coronado como el hombre más rápido del mundo pulverizando su propio récord en el lugar y el momento preciso, en la prueba reina del atletismo: los 100 metros lisos.

En las rondas previas ya había hecho un adelanto de lo que podía suceder en la final: 9.92 y 9.85 segundos corriendo como si fuera un entrenamiento y frenándose estrepitosamente en los metros finales hacían presagiar que podía reventar el crono. Lo que no se podía esperar es que batiera el récord del mundo celebrando la victoria con los brazos abiertos y saludando a la grada unos veinte metros antes de llegar a la meta. Incluso, como curiosidad, se puede observar el detalle que finaliza la carrera con uno de los cordones de sus zapatillas doradas desatado.

Como el chico que sigue viviendo en Kingston, Bolt ha celebrado el título bailando mientras se escuchaba en El Nido de Pekin música Reggae. Y no se habrá sido premonición, pero esta mañana al cambiar el disco recomendado de este blog me ha dado el punto de poner un álbum de este estilo, uno de Gentleman que he escuchado recientemente. Igual es que ya se palpaba que algo grande iba a pasar...

La medalla de oro es suya. También los es la victoria en la mejor carrera de los 100 metros lisos de la historia. El récord del mundo también. Pero, por lo visto en la pista, también está en sus piernas el rebajar esa marca ya de por si estratosférica unas cuantas centésimas de manera fácil.