Apuntes del Kobeta (1a parte)

Parece que ha pasado una eternidad, pero los buenos recuerdos siempre quedan. Ya hace unas cuantas semanas de esta fantástica experiencia por tierras vascas y no quería dejar pasar la oportunidad de relatar, aunque sea en pocas pinceladas, el paso por festival KobetSonik.

El cartel ya era suficientemente bueno como para albergar esperanzas de vivir algo grande. Era la principal atracción para organizar un viaje a Bilbao, pasar unos cuantos días de vacaciones con el festival como punto de referencia, como el centro del universo en esos días.

Y así fue, unos días en los que disfruté de lo lindo. Principalmente con la buena música, como no podía ser de otra manera.

Viernes, primer día. Con las pilas totalmente cargadas subimos al monte donde estaba ubicado el festival. Un largo trayecto andando, bajo un sol exultante, pero con una gran recompensa. Este día lo bueno empezaba pronto, con los jóvenes australianos Airbourne. Se podría decir que fueron los grandes triunfadores del festival. Ya no digo por el nombre, por lo que arrastran, por sus fans, por su discografía o por el espectáculo en el escenario. Nada de eso. Otros lo tienen más fácil en ese sentido. Estos chicos, todavía unos críos que presentaban su primer disco, apabullaron a los presentes dando lecciones de lo que es actitud, lo que es derrochar energía y darlo todo al público. A palo seco. Y a nivel musical demostraron porque se les considera unos clones de AC/DC. No son una copia, tienen su propia personalidad, pero tienen tintes y hacen grandes guiños a los que seguro son su principal influencia. Impresionante. Y esto sólo para empezar, el listón lo dejaron muy alto.

Un poco más tarde era turno de Gotthard, una cuenta pendiente. En dos ocasiones anteriores me los había perdido y ésta era mi oportunidad de saldar la cuenta. Cumplieron con creces las espectativas. Hard rock muy elegante, dignos herederos de bandas como Whitesnake o Aerosmith. Ya consolidados en la élite del escenario del rock duro europeo y con un gran repertorio de buenos temas que repasaron para deleíte de los asistentes.

Dos buenos caramelos y todavía estábamos a media tarde, bajo el lorenzo. Turno de Apocalyptica. No es un grupo que me apasione ni mucho menos y ya los había visto dos años atrás en el MOR de Zaragoza. El principal interés es la propia banda en sí, la curiosidad que supone ver a cuatro tipos con violonchelos tocando Heavy Metal. Le pusieron muchas ganas y las versiones de Metallica volvieron a triunfar, animando al público a cantar. Un buen entremés para llegar al siguiente concierto.

Unos que nunca deufradan: Gammy Ray, y ya van tres veces que les veo. Momento en el que el ritmo del festival se aceleraba a ritmo de Power Metal. Otro repaso de grandes clásicos del género.

Acabado este concierto ya había que pensar en los cabezas de cartel del viernes. El ruído de Ministry se tubo que soportar aún estando a una buena distancia. Helloween tenía el interés de verlos ya que en su visita a BCN me los perdí, aunque no despiertan en mi demasiado entusiasmo. No fue un gran sacrificio perdérmelos en post a ganar un buen lugar a lo que quería ver realmente. Había que cojer una buena posición. Tras una larga e intensa jornada musical, la noche había caído y los Dioses de Metal iban a hacer acto de presencia.

El escenario se ilumina, la intro del Nostradamus, Dawn of Creation, empieza a sonar. Los pelos de punta, la emoción me embarga. A estas alturas no puedo engañar a nadie, es de mis grupos favoritos y no soy nada objetivos con ellos. Pero sabía que algo grande sucedería, aunque fuera sólo para mi.

Glenn, KK, Ian y Travis salen a la palestra e inician el tema Prophecy como presentación del nuevo disco. Y, como hace habitualmente con el Electric Eye, Dios Halford aparece de la nada subido en una plataforma, pero en esta ocasión ataviado con una túnica y capucha plateada y empuñando un largo bastón, a modo de tridente, con el símbolo de Priest. Espectacular puesta en escena.

Apasionante concierto de principio a fin. Heavy Metal puro y duro, sin concesiones.

Introduciendo en mitad del concierto el tema Death, tambien del nuevo disco. Con escenografía incluída: Dios Halford aparece sentado en un trono simulando con su gran teatralidad una muerte cercana. Fue un pequeño paréntesis, un tema que tal vez desentona en la tónica de un concierto clásico del grupo, el carácter del tema y del nuevo disco tiene poco que ver con el resto de la discografía. Pero ciñiéndonos exclusivamente al tema la próxima gira en el que presenten integramente el nuevos disco puede ser sensacional. Si la puesta en escena es parecida a lo que se apunta aquí, hay esperanzas que el experimento al que quieren hacer frente pueda dar un gran resultado. Algo diferente, sí. No un concierto tradicional al uso, sino una opera-rock en mayúsculas. Al igual que hizo recientemente Queensrÿche con su gira especial de sus dos Operation Mindcrime, combinación de teatro y música, podemos estar ante algo único. Además contamos con el actor más teatral del panorama metálico: Dios Halford. Puede salir algo majestuoso.

Lo demás fue viniendo rodado. Historia viva del Heavy Metal. Clásico tras clásico: Metal Gods, The Hellion / Electric Eye, Breaking the Law, Rock Hard Ride Free, la bella balada Angel, la atronadora y trepidante Painkiller. Detalle al tocar otros clásicos no habituales en los conciertos como Between the Hammer and the Anvil, Sinner, Devil's Child, Dissident Aggressor o Eat Me Alive. Acabando en la ronda de bises de la mejor manera posible: Hell Bent for Leather, The Green Manalishi y You've got Another Thing Coming.

Yo me quedo sin palabras. La emoción y los sentimientos que uno tenía en esos momentos son casi indescriptibles. Algún momento de auténtico gozo, lo más cerca que se puede estar de la plenitud a nivel musical. El recuerdo actual no es lo mismo que lo vivido, pero sólo escribir este texto, el rememorar aquellos momentos, hace que algo vuelva a moverse aquí dentro ...

Satisfacción absoluta al terminar el concierto. Podía irme a dormir tranquilo.