La Sombra del Viento

Hace unos pocos días decía aquí mismo que no sabía hablar de libros. Sólo cuando aparece en el camino algo muy destacable es cuando considero que merece la pena que, aunque no sea muy capaz ni sea muy ducho en hablar de libros, me atreva a hacer alguna nota o remarca. Ya que si algo consigue llegar muy fondo de ti necesitas y lo quieres compartir, y no importa como lo hagas.

Y por eso estoy aquí de nuevo. Será casualidad o estoy en racha, pero ayer finalicé otro libro que tambié me ha gustado. Me ha gustado mucho. En esta ocasión ha conseguido llegar más allá. Es uno de esos libros que tras leer la última página y cerrar sus tapas te roba un profundo suspiro de satisfacción.

Estoy hablando de La Sombra del Viento de Carlos Ruiz Zafón.

Evidentemente, tampoco voy a desgranar y desmenuzar el libro, para quien no lo haya leído y pueda tener algún atisbo de interés de hacerlo. Pero sí que puedo decir que ante este tipo de obras tan aclamadas y exitosas entre el gran público y la crítica uno tiene ciertos reparos, algunas dudas de su veraz calidad. O si, por cuestión de gustos, puede encajar en ti al igual que en los demás.

Pero dejando atrás cualquier prejuicio, lo ha conseguido. Lo que todo escritor anhela: sólo bastaron unas páginas para comprender y reconocer que me estaba sumergiendo de pleno en ese fantástico mundo salido de la cabeza de su autor.

Y lo ha logrado por su capacidad narrativa, por la historia, por los seductores personajes... Una cantidad de recursos literarios que me han sorprendido gratamente. Ha sido un gusto poder adentrarme en la Barcelona de la primera mitad del Siglo XX, conocer su historia, sus secretos y misterios, perderme en sus calles, observar su edificios, sus gentes...

Consigue transmitir tanta realidad que te acabas creyendo la historia que cuenta. Te llegas a implicar en ella, la vives, sufres y te alegras junto a sus personajes.

Una gran obra.

El siguiente comentario no tiene que ver demasiado con lo dicho en esta entrada. Pero, aprovecho lo comentado aquí ya que me da pie para expresarlo: gràcies, por mostrarme y compartir tus rincones de Barcelona, por dejar que sean también un poco míos.