Pequeño gran logro personal

Igual parecerá una nimiedad, algo muy poco trascendental, pero estoy muy orgulloso de haberlo logrado. Lo conseguido es algo muy especial.

La semana pasada conseguí salir a correr cuatro días, algo que nunca antes había hecho. Y poniéndonos tiquismiquis y sacar así más pecho, podría decir que realicé cuatro salidas no en una semana sino en sólo cinco días. Vamos, una pasada. Una machada o algo histórico para mi. Ya que lo máximo que había hecho anteriormente eran tres días y cuando gozaba de muchísimo más tiempo libre.

En números, fríos, serían un total de veintitres kilómetros en poco más de dos horas y media. Cuatro días diferentes, con unas rutas cortas y otras más largas, con diferente tipo de intensidad, velocidad, exigencia o dificultad, con distintos terrenos y desniveles. El promedio ya sé que no es muy elevado. Para corredores avanzados (no hace falta mucho más) la misma distancia o recorrido la podrían hacer en mucho menos tiempo y acumulando más kms. a la semana. Pero para mi es algo brutal salir a correr cuatro días y hacer tanto "trabajo".

Físicamente es algo muy grande, una barrera superada. Algo impensable cuando hace unos años sólo podía correr a penas diez minutos al día dejando pedazos de corazón por las esquinas y cachitos de pulmones por el asfalto para acabar con un cuerpo destrozado...

Una demostración que puedo hacerlo, que está a mi alcance. Y que puedo ir todavía más allá. Me motiva, me estimula para ello.

Pero lo realmente importante aquí no está solamente a nivel físico. De hecho, difícilmente podré repetir azaña. Ésto ha sido algo excepcional. Ya que actualmente salgo a correr sólo un día a la semana por temas de actividades y horarios. Aunque si que hay la intención de salir una segunda vez si se puede. Pero la cosa seguirá por ahí, sin machadas de cuatro días como ésta. Buscando, eso sí, superarme, mejorar mis distancias y tiempos todo lo que pueda.

Lo significativo es haber conseguido algo que pensaba que no podía lograr. Y más que éso, empezar con una motivación previa en mi interior, muy grande. Una motivación surgida de querer hacer algo así; de buscarlo partiendo de la base que me lo creía. Una motivación que me llevó a probarlo. Quería hacerlo. Y lo hice.

Esta motivación era muy grande. Como decía en una entrada más atrás, me ha sorprendido que así fuera en unas semanas de altos y bajos y algunas dudas de por medio. Pero me lo he creído. Ha surgido ese espíritu de superación.

Una demostración no sólo física, sino una demostración de uno mismo y a uno mismo a cualquier nivel. Demostrándome que puedo hacer grandes cosas si me lo propongo, si voy a por ello, si creo. Demostración de que no hay excusas que valgan. Porque ésa es otra: estos días me he sentido muy a gusto corriendo, con muy buenas sensaciones. A pesar del esfuerzo y de las engorrosas agujetas, he disfrutado con la actividad. Me he sentido vivo. Por lo que no hay que buscar excusas o justificaciones para no sentirse así, para no hacerlo.

Si algo quieres, si algo te hace sentir bién, no dudes en vivirlo. Si algo te hace crecer, te hace mejorar, no dudes en creer e ir a conseguirlo.

El resultado de de estos días corriendo no ha podido ser mejor. Físicamente me siento más activo. Lo que me hace estar con un estado de ánimo general mejor, más positivo. Algo que ayuda a estar también más fresco, más despierto, más ágil. Aquello de "mens sana in corpore sano", ¡qué cierto es!. A la vez, uno se siente más relajado, se quita de tensiones y estreses.

Por otro lado, es un logro que me deja tranquilo. Una satisfacción y orgullo personal muy grandes. Por conseguir algo que dudaba que podía hacer. Y porque una vez conseguido me demuestra y motiva para seguir adelante, para esforzarme a superarme. No sólo a nivel físico, claro. Porque ahora creo que puedo conseguirlo. Se puede mirar adelante con optimismo; con una gran motivación y estímulo. Con muchas ganas e ilusión. Sin absurdos límites impuestos, sino sabiendo lo que se quiere, cuales son tus prioridades, que es lo que te gusta y que es lo que te hace sentir bién.

En esta carrera personal de largo recorrido, puedo dejar de tener la mirada fruncida mirándome los pies y quejándome continuamente de lo duro y aburrido que es estar pasando por un túnel. Puedo creer en mi mismo, mirar hacia adelante y ver, tal vez no todo el camino, pero por lo menos sí un buen cacho de él. Saber que ya se ha hecho un buen tramo, que algo se ha avanzado. Y que lo que queda atrás ayuda a ir adelante, a seguir avanzando, caminando o corriendo, incluso tomarse un respiro si hace falta. Pero siguir creciendo, mejorando. Un camino sin meta y sin prisas, pero que se puede y hay que recorrer.

Disfrutándolo, viviéndolo. Sintiendo el terreno en cada pisada, escuchando los pajaritos del día soleado, respirando el aire puro, gozando de los arroyos, las colinas, la arboleda... Disfrutando de la vida. Evolucionando y creciendo. Sonriendo.

Éste ha sido un pequeño paso para cualquier atleta pero un gran paso para Pyros, de la noble hermandad de los Bladerunners.