De jazz y otros, en casa

Hace alguna entrada hablaba de lo que era mi último concierto, The Answer, en Barcelona. Pero, ya en el mismo título especificaba que era el último de Rock. Porque realmente ése no era mi último concierto, sino que el último fue hace unos días aquí, cerquita de casa. Y era de Blues.

Ésta no es una entrada para contar ese concierto si no más bién para aprovecharlo como excusa y hablar de la oportunidad que tengo actualmente de gozar de buenos conciertos tan cerca de casa.


Nos quejábamos por aquí de lo poco que tenemos a nivel organizativo en la zona. Culturalmente está el tema muy parado, ya sean conciertos, espectáculos, cine... Pero desde Enero podemos contar con algo bueno.

Jazz Club Vilafranca nos brinda la oportunidad de asistir a un concierto de manera mensual en el Sam Café de Vilafranca. Y es algo que vale la pena, la verdad. Siempre está bién disfrutar de la música en directo y si te lo ponen tan fácil como dar unos pasos desde tu casa, sin tener que desplazarte a ningún lugar, mejor que mejor. Además, por ahora, sólo hemos tenido que pagar, y sólo cinco euros, en el primer concierto. Por lo que el precio tampoco es excusa.

Lógicamente, se parte de la base que los conciertos que se organizan son de Jazz, o por lo menos parten de ahí, aunque se puedan fusionar con otros géneros e incluso el Blues, como ha sido éste último. Y a mi me gusta. A diferencia de otros conciertos a los que suelo asistir, es un rollo más tranquilo. Y es una oportunidad o un tipo de concierto más difícil de encontrar a nivel más popular.

En lo que llevamos de año se han realizado ya tres conciertos. Los tres diferentes. El primero era de un gran saxofonista americano como Jesse Davis, con una banda formada expresamente con gente de aquí Catalunya para esta mini-gira. El piano, el contrabajo y la batería completaban el cuarteto. Gran calidad, músicalmente y técnicamente muy buenos. Jazz tirando más bién a clásico. Tremendamente agradable.

El segundo ya era un grupo más local, menos rodado tal vez. Pero un buen rollo muy grande. Actuaban The Blow Quintet, formado por guitarra, saxo, trompeta, batería y contrabajo. A la base de Jazz Fusión se añadían otros estilos bién mezclados, como el Funk, el Blues o el Pop. Concierto más dinámico y animado. Muy entretenido.

Y por último, sólo hace unos días, se presentaba Chicabo Blues amb Walking Stick Man. Esto ya no era Jazz, sino que era estrictamente Blues. Muy bueno. Con un líder con una personalidad muy propia tocando la guitarra y las diversas armónicas. Acompañado por batería, bajo y piano. Se daba la curiosidad que el pianista era David Giorcelli, el único músico que hasta ahora conocía con anterioridad, ya que tuve la ocasión de verlo tocar en directo en un local de Barcelona hace ya un tiempo.

Este último concierto no nos acabó de enganchar. Tal vez por el estilo o por el local que no acababa de ser lo suficientemente canalla para el artista o el género... Pero no se acabó de crear el ambiente o el feed-back ideal entre público y músico. Aún así, como para cualquier concierto, tener esta oportunidad de asistir a ver música en directo está muy bién. Ya sea el estilo que sea, se conozca o no a quien actúa; la cuestión es poderse entretener con la música en vivo, empaparse por ella; disdrutar de la noche del sábado con los amigos, sentados alrededor de una mesa tomando alguna copa en un entorno agradable. Y bién acompañados de buena música.