NBA Finals: Round 1

Dicen que quien golpea primero golpea dos veces. Eso deben pensar los jugadores y aficionados de los Celtics que se llevaron el primer invite de la gran final.

Victoria muy trabajada por los hombres de Doc Rivers. Partido muy igualado que se resolvió de manera épica. Y es que en este equilibrio eran los Lakers los que tenían una pequeña ventaja en el tercer cuarto. Fue cuando hubo un momento de pánico en la marea verde, saltaron todas las alarmas al ver a Paul Pierce irse a hombros de sus compañeros a vestuarios con lo que parecía una rodilla destrozada.

Y ahí llegó la épica. En un partido en el que destacaba un soberbio KG, resurgió de sus cenizas Pierce volviendo cojeando del vestuario con un aparatoso vendaje, llevándose la más grande ovación de la noche, demostrando que es el auténtico ídolo y el más querido por los seguidores verdes. La más grande digo porque lo del público fue otro aspecto a destacar: algo increíble como animaban a su equipo, no parecía el habitual selecto público de los partidos de la NBA, sino una versión americana de las canchas calientes europeas.

Decisivo fue la actuación de Pierce en esos minutos que ayudó a su equipo a dar la vuelta al marcador y acabar de apuntillar en la recta final del partido a unos Lakers a cuyas tres grandes estrellas (Bryant, Gasol y Odom) les faltó ese plus exigible en estas grandes citas.

Uno a cero. Todo por decidir todavía, pero los Celtics ya tienen la tranquilidad de la primera victoria. En cambio, Los Angeles tienen todavía todo el camino por delante; aunque Master Zen y compañía siguen confiados en robar un partido de los dos con los que se abre la serie en Boston.

Y como la rivalidad entre las dos franquicias es tan grande, tampoco ha faltado la polémica. En esos momentos de incertidumbre culminados con la vuelta a la cancha exaltando los ánimos de los aficionados cuando el equipo más lo necesitaba y esa rodilla maltrecha rápida e increíblemente recuperada han conseguido que en los círculos angelinos se sospeche de una cierta teatralidad entorno a lo sucedido con Pierce.

Pero todo esto ya queda atrás, en la próxima madrugada el segundo asalto.