Vuelve la Gasolmanía

Nos remontamos siete años atrás. Cuando Pau tras hacer un temporadón con el Barça se decidía a dar el gran salto al otro lado del charco.

Fue un auténtico bombazo. Al fin un jugador tenía verdaderas posibilidades de hacer un buen papel en la NBA y no sólo figurar de manera testimonial, merced a sus fenomenales carecterísticas físicas y su amplio abánico de fundamentos. A nivel mediático fue un éxito. Los periódicos, las radios y las televisiones empezaban a hablar de una liga que para muchos era desconocida para comentar las azañas del catalán.

Ventas de camisitas, más audiencia de los partidos de la NBA. Y todo para seguir un equipo mediocre, los Memphis Grizzlies. Pero Pau respondía al interés del otro lado del charco con una evolución como jugador a lo largo de estos años que lo llevarían a ser una de las figuras de la liga, lo que le suposo una presencia en el All-Star, y contribuyó a que en tres años consecutivos su equipo se metiera en playoffs.

A pesar de sus fantásticos números, todo pareció ir desvaneciéndose en las últimas temporadas. Mala gestión de la franquicia, malos refuerzos, poca valoración de la prensa y de los estamentos del equipo hacia Pau. Una franquicia sin personalidad y sin rumbo fijo. Todo ello contribuyó a que el globo se fuera deshinchando, que Pau se fuera desanimando y que, aun haciéndolo bien en la pista, ya no transmitiera lo mimo. El interés de sus fans fue disminuyendo. Incluso la llegada de Calderón a Toronto y su deslumbrante temporada han llegado a eclipsar su figura durante un largo periodo.

Pero, al final se vió la luz. Ningún equipo de la liga quería rascarse el bolsillo por él. Llegaron los Lakers y sin dar nada a cambio se hicieron con sus servicios. Ahora muchos mánagers se dan de golpes en la cabeza por no haber dado el paso, quitándose el sombrero ante los Lakers por el logro de un traspaso que les convierte en principales favoritos del Oeste y ha metido el miedo en el cuerpo a sus rivales.

Por fin se reconoce la valía de Gasol, tango aquí como allí. Ya no es el jugador que se lo tenía que currar él solo para hacer buenos números y que podía destacar por estar en un flojo equipo. Con su contribución los Lakers dan un claro salto de calidad y aspiran a todo. Dirigido por el Master Zen Jackson, la pareja que forma con Bryant puede ser letal, y bien escudado por Odom, Fisher y Bynum completan un quinteto temible capaz de ofrecer el mejor juego de la liga.

Está en un equipo ganador, un histórico, como él había soñado y jugando en un sistema que le viene como anillo al dedo. Se vuelve ha hablar de Pau, de su equipo y de sus victorias.

Ahora Gasol es feliz. Ahora vuelve la explosión de la Gasolmanía.