Fría, ¡con un par!

Lo intenté hace apróximadamente un año y no duré demasiados días. El fuerte frío invernal de entonces hizo que me echara atrás y que fuera muy duro mentalizarse para ello. Tras recordarlo en una conversación con unos amigos, ahora vuelvo a la carga a ver hasta donde llego. LLevo cinco días duchándome con agua fría, ¡con un par!!

Bueno, la verdad es que hago un poco de trampa: empiezo con agua caliente para que el impacto no sea tan fuerte y luego intento aguantar lo que puedo, es decir, unos segundos... Pero, ¡cada día más!

No es que sea una locura mía, sino que tiene múltiples beneficios como se puede ver en este enlace. Así quien se atreva, ya sabe.