Fantástico Sol el que hacía esta mañana. Y sentado en mi habitación mirando por la ventana me ha dado el ramalazo de subir a la terraza a disfrutarlo. Mucho tiempo ha pasado desde la última vez; de la última vez en la que me impregné de la energía del Astro Rey y... escuchaba a los pajaritos.
Hoy me he vuelto a asomar. Y mirando hacía arriba me volvía a encontrar a esa estrella mirándome, cómo esperando que volviera a subir durante mucho tiempo. Y, afinando algo el oído, volvía a escuchar a los pajaritos, que no han dejado de cantar hasta ahora.
Han sido sólo unos segundos, no más, pero me he vuelto a llenar de esa energía cálida y poderosa del Sol mientras me dejaba llevar por el cántico de los pajaritos.
Es incomprensible, lo sé. Pero cuesta subir a la terraza. Y cuesta aún más ser capaz de abrirse al Sol y no dejar de escuchar a los pajaritos. Ya digo, sólo unos segundos... Agradable y fascinante sensación mientras soy capaz de conseguirlo. Me siento parte partícipe de lo que me rodea, siento que formo parte del conjunto del Mundo, del Universo. Palpo la vida a mi alrededor. Siento una conexión especial con todo ello. Me siento vivo...
Pero, ¿sólo unos segundos al año? ¿No soy capaz de más? ¡Maldita sea! Cuánto trabajo queda por delante...
Hoy me he vuelto a asomar. Y mirando hacía arriba me volvía a encontrar a esa estrella mirándome, cómo esperando que volviera a subir durante mucho tiempo. Y, afinando algo el oído, volvía a escuchar a los pajaritos, que no han dejado de cantar hasta ahora.
Han sido sólo unos segundos, no más, pero me he vuelto a llenar de esa energía cálida y poderosa del Sol mientras me dejaba llevar por el cántico de los pajaritos.
Es incomprensible, lo sé. Pero cuesta subir a la terraza. Y cuesta aún más ser capaz de abrirse al Sol y no dejar de escuchar a los pajaritos. Ya digo, sólo unos segundos... Agradable y fascinante sensación mientras soy capaz de conseguirlo. Me siento parte partícipe de lo que me rodea, siento que formo parte del conjunto del Mundo, del Universo. Palpo la vida a mi alrededor. Siento una conexión especial con todo ello. Me siento vivo...
Pero, ¿sólo unos segundos al año? ¿No soy capaz de más? ¡Maldita sea! Cuánto trabajo queda por delante...
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